FERNANDO COUSO GARCIA

– Graduado en Criminología por la Universidad del País Vasco. UPV-EHU.

– Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales.

ZURIÑE GONZALEZ SANCHEZ

– Graduada en Criminología por la Universidad del País Vasco. UPV-EHU.

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De manada en manada

Zuriñe González Sánchez

 

Las violaciones múltiples son una realidad que, si bien tuvieron su momento mediático con el caso de “La Manada” de Pamplona en San Fermín de 2016, parecen haber pasado a un segundo plano informativo. Sin embargo, desde 2016 hasta octubre de 2020 se elevan a 211 las agresiones sexuales/violaciones documentadas1: 20 en 2016, 13 en 2017, 65 en 2018, 86 en 2019 y 27 en 2020.

Se aprecia una clara tendencia al alza desde el 2018, bien porque habrían aumentado el número de agresiones, bien porque debido a la atención mediática las denuncias habrían ido en auge.

Sea como fuere el dato conocido son los 211 casos documentados que han dejado 225 víctimas (83 menores) y 700 agresores que se conozcan (171 menores).

A todos nos vendrán a la mente algunas agresiones muy conocidas, pero muy pocos nos habremos planteado el número de casos reales y las circunstancias de cada uno de ellos. Y es que si ya las 225 víctimas en 5 años nos parecen demasiado (todo lo que supere las 0 víctimas es demasiado), la cifra negra2 en este tipo de delitos es muy alta, por lo que la realidad es muchísimo más trágica.

Además, detrás de estas agresiones lo que se esconde es una forma de ocio y de diversión en el que un grupo de amigos, sin valores ni respeto por las mujeres, hacen lo que quieren con nosotras. Por si esto no fuera suficiente alardean de ello en las redes sociales subiendo un vídeo de la violación grupal henchidos de orgullo por su gran hazaña.

Ante esta situación hasta ahora solo hemos visto una justicia que impone penas ínfimas y muchos otros casos en los que ni siquiera hay una condena porque las agresiones han sido denunciadas tiempo después y no hay ningún rastro que pueda probar los hechos.

Sin embargo, todas las víctimas (conocidas y no conocidas) han visto sus vidas destrozadas y, además, en muchos casos, ese daño no ha sido reconocido ni mucho menos reparado. Esto genera, a su vez, desconfianza en el sistema y un aumento de la cifra negra, lo que no hace sino agravar el problema y enquistar un fenómeno que día a día sigue destrozando familias enteras.

No podemos permitir que esta situación se perpetúe y la solución no puede ser aumentar la vía punitiva, es decir, imponer penas más duras con la esperanza de que el castigo disuada a los agresores. La técnica del miedo se lleva utilizando mucho tiempo y claramente no está funcionando, ya que no se trata de castigar, sino de prevenir.

Para ello se requiere de una implicación institucional y no el postureo al que estamos acostumbrados/as que lleva, incluso, a la frivolización y revictimización de las víctimas y de los hechos.

¿Qué se puede hacer? ¿Cómo se puede trabajar en la prevención de este fenómeno?

Voy a lanzar una idea tan válida como cualquiera de las que vosotros podríais dar: educar desde la infancia en los valores y en el respeto hacia los demás en general y hacia las mujeres en particular. Además, desde la Criminología podríamos trabajar con estos/as menores en esa concienciación y así prevenir desde la edad temprana las futuras Manadas.

Claro, toda idea que se nos pase por la mente, como el ejemplo expuesto, requiere de una inversión económica considerable y, una vez más, el argumento de las autoridades será que no hay dinero. Pero esto no se puede consentir porque estamos hablando de que atentan contra el derecho a la vida e integridad física, psíquica y sexual.

Considero que si hay un ámbito al que destinar fondos y personal es al bienestar y protección de los/as ciudadanos/as porque es un fenómeno que nos puede suceder a cualquiera de nosotros/as.

Estos comportamientos grupales, agresivos y violentos contra mujeres, hay que erradicarlos porque no podemos permitir que se creen más Manadas en las que los valores sociales sean inexistentes y se trate a la mujer como un simple juguete sexual con el que entretenerse.

 

 

1Fuente: https://geoviolenciasexual.com/

2Se denomina cifra negra a todos aquellos delitos que no llegan a conocimiento de las autoridades y, por tanto, ni quedan registrados ni mucho menos se interviene sobre los mismos.