Tolerancia O (cero)

Fernando Couso Garcia

El escritor chileno Luis Sepúlveda resalta «la importancia de conocer el pasado para comprender el presente e imaginar el futuro». Pues bien, conozco el pasado, no comprendo el presente y no me atrevo (porque me aterra) a imaginar el futuro.

Tras vivir un año 2019 absolutamente dramático con 55 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, la cifra más alta desde hace un lustro, comenzamos el año 2020 (6 de enero) con el asesinato de Mónica Linde y su hija Ciara a manos de su expareja y padre de la pequeña. A ese crimen se le han sumado 34 mujeres más, en el que también han sido asesinadas dos menores más a manos de su progenitor.

Unos fríos datos para ponernos en contexto⁽¹⁾ … De las 35 mujeres asesinadas 28 de ellas convivían con su agresor, en 6 casos existían denuncias previas contra los agresores y solo en 1 (uno) de ellos se habían adoptado medidas de protección. Ah!!!, … 21 de las víctimas eran españolas y 26 agresores eran también españoles, (el 74 %).
De estas cifras tan desgarradoras quiero destacar que en 22 de los asesinatos los agresores eran la pareja actual y en los otros 13 asesinatos eran las exparejas, por lo que, atendiendo los datos anteriores, 6 de las víctimas seguían conviviendo con su asesino a pesar de que ya no eran pareja.

Conocidos los datos, varias reflexiones y preguntas para no frivolizar con la violencia de género.

– 6 víctimas seguían conviviendo con el agresor tras presentar la denuncia de su situación. ¿Necesidad económica, protección de los hijos, no contar con apoyo familiar, …?, ¿Dónde estaba la intervención social?, …

– 74 % de los agresores son españoles, para que luego seamos tan soberbios y racistas como para afirmar que esto es un problema que han traído los extranjeros.

– Solo 6 denuncias de los 35 casos. ¿Qué está ocurriendo con las denuncias?, ¿Qué está ocurriendo con las campañas de concienciación?, porque resulta evidente que algo no funciona.

– 22 agresiones por parte de las parejas actuales … es decir, violencia intrafamiliar en toda su crudeza. ¿Y qué pasa con los hijos (antes, durante y después) en esas unidades convivenciales?, ¿En qué situación/estado quedan esos hijos?. Porque se habla mucho de la acción, pero se sabe muy poco de las consecuencias.

– 13 asesinadas por las exparejas … Porque si no existen denuncias y no se dictan órdenes de protección, lo único que se genera es desprotección.

Y así puedo seguir llenando páginas …

Desde abril de 2008, fecha en la que nace el primer Ministerio de Igualdad, y tras varias idas y venidas, (de Ministerio a Secretaria de Estado y vuelta), solo aprecio un postureo político y mucho color morado que lleva tiempo destiñendo. Resulta evidente que las políticas contra la violencia doméstica, intrafamiliar, contra la mujer, de género, … (podemos seguir clasificándola en tantos subgrupos como deseemos), no tienen el adecuado tratamiento que necesitan para ser eficaces.

La etiología de la violencia en el seno de una familia es compleja y en ella intervienen múltiples factores, entre las que cabe destacar los conflictos familiares, las condiciones sociales, las desigualdades entre los dos géneros, las tensiones que se generan en las relaciones conyugales e intrafamiliares, y una serie de aspectos biológicos y biográficos como la personalidad, el posible historial de abusos y de violencia en la familia de origen o los instintos/impulsos agresivos, entre otros.

La búsqueda de soluciones y la intervención ante esta lacra exige un tratamiento desde un enfoque multidisciplinar, y aquí la aportación de la Criminología, a través de los Criminologos/as, se convierte en fundamental. Sólo hace falta que cuenten con nosotros y nos dejen trabajar sobre el terreno.

⁽¹⁾ Fuente: https://www.epdata.es/datos/violencia-genero-estadisticas-ultima-victima/109/espana/106 (Datos actualizados a 13 de octubre de 2020)