En bocaza cerrada no entran moscas
Fernando Couso García
28/07/2021. Leo en un artículo de prensa1 que la Ministra de Igualdad ha soltado por su bocaza la siguiente perla: “Creo que si Juana Rivas ingresa en prisión definitivamente no solamente va a ser un escándalo para las mujeres, para el movimiento feminista, sino una mala noticia para la democracia”. ¿En serio que esta impresentable es la Ministra de Igualdad?. ¿De qué clase o tipo de “Igualdad”?. ¿De “Igualdad” para quién/quienes?, ¿Para que “democracia”?.
Ahora vuelvo con esta impresentable, pero antes, para entender un poco el caso, voy a hacer un pequeño resumen del mismo. Juana Rivas es un personaje que intentó instrumentalizar una “no demostrada” violencia de género para separar a unos hijos de su progenitor. Después de varios y lamentables episodios de desobediencia a diferentes órdenes judiciales fue condenada por sustracción de menores.
El primer auto judicial se dicta por parte de la justicia italiana, en diciembre de 2016, y obliga a Juana Rivas a entregar a sus hijos a su residencia habitual en Italia. Esta decisión judicial fue ratificada por la Audiencia Provincial de Granada, en abril de 2017. Ni los juzgados italianos ni los españoles creyeron en sus diferentes testimonios, por lo que ella, pasándose las resoluciones judiciales por el “Arco del Triunfo”, decidió no acatar más ley que la de sus propios intereses y no devolvió a los niños.
Por el camino de este proceso muchos medios de comunicación ofrecieron una gran cobertura mediática del caso, se solidarizaron con esta pobre madre y se pasaron la presunción de inocencia y los derechos del padre por el mismo “Arco del Triunfo” que la susodicha. Asimismo, por todo el país se celebraron manifestaciones en apoyo de esta mujer bajo consignas de índole feminista, que fueron respaldadas por personalidades y partidos políticos.
En julio de 2018, la Justicia española condenó a Juana Rivas a cinco años de cárcel, seis de inhabilitación sobre la patria potestad de los niños y al pago de una indemnización, por la sustracción injustificada de los menores. La sentencia fue ratificada en marzo de 2019.
En mayo de 2019, Juana Rivas presentó un recurso contra la sentencia ante el Tribunal Supremo. Ese mismo mes, Juana Rivas apeló al Tribunal de Menores de Cagliari para que tomara medidas de protección para sus hijos. Presentó una nueva denuncia por malos tratos sobre el padre de los niños, alegando que los pequeños presentaban «síntomas de maltrato» en forma de moratones y magulladuras. Esta afirmación no fue avalada por documento alguno, por lo que, nuevamente, fue desestimada. El reconocimiento médico, realizado por el Tribunal italiano a los menores, demostró que lo afirmado en esa nueva denuncia no se correspondía con la verdad, ya que los niños no presentaban daño alguno.
En abril de 2021, el Tribunal Supremo español rebajó la pena de prisión a dos años y medio de internamiento y confirmó la pena de seis años de retirada de patria potestad y el pago de una indemnización de 12.000 euros por daños morales y materiales causados al padre de los menores. En mayo de 2021, el Juzgado de lo Penal número 1 de Granada ordenó la ejecución de la sentencia de dos años y seis meses de prisión para la condenada.
El Caso Juana Rivas sirvió como detonante para que se debatiera en España sobre la ley contra la violencia de género, pues Francesco Arcuri, el padre de los hijos, llegó a denunciar a la ley contra la violencia de género española en Italia y pidió la intervención del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y de la Comisión Europea. Francesco Arcuri, con mucho criterio, afirmó que «sus derechos, y la de todos los hombres en su situación, se habrían vulnerado en España» y amenazó con emprender acciones legales contra todos los medios de comunicación que, a su juicio, pudieran haberle difamado, además de por «comportamiento mediático irresponsable». Vaya casualidad, … estos hechos dejaron de ser noticia.
En resumen, este hombre fue acusado, juzgado y sentenciado de forma mediática porque algunos medios de comunicación, políticos y “personalidades” decidieron creer la versión de una de las partes en vez de dejar actuar a la justicia.
Y ahora, después de varias sentencias de tribunales de dos países, viene la impresentable Ministra de Igualdad española, abriendo el buzón de correos que tiene por boca, a soltar barbaridades desde una poltrona que le prepararon a medida, por un asqueroso puñado de votos.
Sra. Ministra, (aunque sé que nunca leerá este post), cada día, los estamentos jurídicos, policiales, criminólog@s, psicólog@s, trabajador@s sociales, y otra larga lista de profesionales, trabajamos para luchar contra la lacra de la violencia de género, siendo minuciosos y rigurosos con nuestro trabajo. Recabar la información de lo sucedido en una relación, en muchas ocasiones de puertas adentro, es muy difícil. Nos cuesta mucho obtener resultados y tenemos que ser extremadamente escrupulosos con la denuncia de las informaciones que obtenemos, ya que, en ocasiones, mujeres y hombres nos tratan de engañar o directamente nos mienten, por intereses casi siempre alejados del bienestar de sus hijos.
Asimismo, la lacra del maltrato y la violencia no pueden ser nunca utilizados como herramienta electoral, es vergonzoso, y las/los políticas/os sois representantes de todas … y de todos. Los profesionales sólo reconocemos un eslogan; “Respeto al Estado de Derecho, a la independencia judicial … y a la presunción de inocencia”. Y recuerde que en bocaza cerrada no entran moscas.