Entre desalmados y salvajes
Fernando Couso García
El pasado 12/01/21 asistíamos en Cártama (Malaga) a una de las muestras de violencia más crueles que se pueden perpetrar. Un delincuente habitual, José Arcadio Dieng Nafoir (Melilla, 1994), apodado “el melillero”, arrojaba un bote de ácido contra dos jóvenes que se encontraban en el interior de un vehículo.
Como consecuencia de este salvaje y deplorable acto una de las mujeres, y ante la extrema gravedad de sus heridas, debió ser trasladada en helicóptero e ingresada en la Unidad de Grandes Quemados del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, con quemaduras en un 70% de su cuerpo, (de las cuales el 45% son muy profundas), mientras que la otra joven herida fue trasladada, en estado grave, al Hospital Regional de Málaga, con el 25% de su superficie corporal afectada.
Tras perpetrar la agresión, este cobarde se subió a un vehículo donde le esperaba un complice y se dio a la fuga, mientras Sandra, de 26 años y expareja de este salvaje con el que había mantenido una relación sentimental de seis meses, y Cristina, también de 26 años y amiga íntima de la primera, lograban salir del vehículo y quitarse parte de la ropa que, empapada en ácido, las estaba quemando vivas.
Según declararon testigos presenciales, la escena era absolutamente dramática, ya que “no existe mayor frustración que ver como dos personas se consumen por las quemaduras provocadas por los efectos del ácido, y no puedes hacer nada para ayudarlas”. Ambas víctimas han sufrido daños graves en sus rostros, que han quedado desfigurados.
Las autoridades policiales encontraron en el lugar de los hechos un bote de plástico vacío que contenía un litro de ácido sulfúrico 98%. Este producto, altamente abrasivo, se puede adquirir en internet por 12,20 euros, (otro detalle que daría mucho sobre lo que hablar).
El agresor, conocido delincuente con un amplio historial delictivo y numerosos antecedentes penales, tras protagonizar una espectacular y peligrosa huida por municipios de la zona logró estar 4 días escondido hasta que fue detenido. Este “angelito” lleva un año escapando de la justicia y tiene en vigor tres órdenes de ingreso inmediato en prisión, una por robo con fuerza, una segunda por malos tratos, amenazas graves y vejaciones injustas contra una expareja con la que tiene un hijo en común y una tercera por un delito contra la seguridad vial, por conducir sin carnet. Asimismo, acumula siete órdenes de detención en vigor por diferentes delitos. El Juez de Instrucción del Juzgado Nº 2 de Fuengirola, que ha calificado los hechos como dos delitos de tentativa de homicidio, ha decretado su ingreso en prisión sin fianza. El amigo que le dejó el coche con el que realizó la huida tras la agresión y otro amigo que le dio cobertura durante la fuga han corrido la misma suerte.
«Es un tipo muy peligroso, extremadamente violento, un auténtico hijo de la gran puta», lo definieron varios agentes de policía que lo han arrestado en varias ocasiones. Hace unos años sufrió un intento de asesinato del que salió ileso, (una pena), en lo que se considera un ajuste de cuentas entre narcotraficantes de la Costa del Sol.
He esperado un tiempo prudencial para publicar el post, y poder incluir la intervención policial. La Guardia Civil ha detenido a otras cinco personas del entorno familiar y del grupo de delincuentes al que pertenecía el atacante, por colaborar con él y ayudarle durante la huida. Entre ellas están las personas que le consiguieron los vehículos, los que le dieron cobijo y los que sirvieron de distracción a las autoridades en sus intentos de huida.
Hasta aquí un pequeño resumen de los hechos, … de los crueles y salvajes hechos.
En la web de Iustitia (www.iustitiacriminologia.es) me habéis preguntado que se puede hacer con esta “escoria”, y os he respondido que, ante este tipo de actos y delincuentes, daros una respuesta serena y profesional se me hace muy difícil, porque, una vez más, a mí también me llevan los demonios.
A nadie se le escapa que la vida de estas mujeres nunca volverá a ser la misma. El daño físico que han padecido sus cuerpos, y la comorbilidad que pueda afectar a su evolución tras el trauma, va a requerir de continuas intervenciones de cirugía. El daño psicológico va a convivir con ellas el resto de sus vidas.
En anteriores post habéis podido comprobar que soy un firme defensor de la prisión permanente revisable, (como poco), para determinados delincuentes, (no sólo para aquellos que provocan víctimas mortales), y que abogo para que las repercusiones penales que se imponen a determinados agresores deben alcanzar el mismo tiempo que dure la rehabilitación integra de sus víctimas.
Como reflexión específica ante esta salvaje agresión sólo puedo deciros que resulta evidente que con este sujeto no ha funcionado ninguna de las intervenciones realizadas hasta la fecha. Desde los 14 años ha pasado por varios centros de menores y ha estado varias veces en prisión desde que es mayor de edad. Este último acto ha destrozado dos vidas directas y muchas vidas indirectas (familia, parejas actuales, amigos, …) por lo que debe ser castigado con la pena más dura que contemple nuestro ordenamiento jurídico. Es un sociópata, carece de empatía y respeto alguno y no tiene miedo a la acción de la justicia. Estas carencias le convierten en un sujeto extremadamente peligroso indeseable para cualquier sociedad, por lo que debemos sacarlo de la misma.