¿Todos los crímenes son patológicos?
Zuriñe González Sánchez
Estas últimas semanas hemos conocido varios sucesos, tales como el asesinato de Aintzane Pujana en Aizarnazabal (Gipuzkoa), los restos humanos encontrados en Arrigunaga (Bizkaia) o la supuesta violación grupal a una menor en Valencia, que me animan a la siguiente reflexión.
En el caso de Aintzane Pujana, se trata de una mujer que tras ser apuñalada en más de 6 ocasiones fue arrojada al río Urola a la altura del pueblo de Aizarnazabal (Gipuzkoa). Además, se han ido encontrando indicios que apuntan a la trata de personas con fines de explotación sexual (este aspecto está pendiente de confirmar, ya que la investigación de los hechos se encuentra bajo secreto de sumario).
A pocos kilómetros, en el pueblo de Arrigunaga (Bizkaia), se daba a conocer la existencia de unos restos humanos que habían sido descuartizados.
Junto a estos dos crímenes, en Valencia se ha dado a conocer la supuesta violación grupal perpetrada por varios menores contra otra menor, todos ellos compañeros/as del mismo instituto.
Sin poder profundizar mucho hasta que no finalice la investigación, estos datos nos aportan la información suficiente como para que se escuche el ideario social con el que intentamos entender a los/as autores/as, para poder tener una explicación de por qué han cometido esos crímenes. Las preguntas más frecuentes suelen ser: ¿Tiene alguna enfermedad mental? ¿Es un/a psicópata? ¿Estaba desesperado/a por ocultar lo que ha hecho? Al mismo tiempo, surgen los comentarios de las personas del entorno de ese/a victimario/a aludiendo que “parecía normal”, “estaba integrado/a en la comunidad” o “parecía buena persona”.
Desde nuestro prisma nos resulta imposible creer que no haya algo “anormal” que pueda explicar que se hayan llegado a cometer crímenes tan atroces, tiene que haber algo más que nos pueda ayudar a entender. Sin embargo, en muchas ocasiones, la realidad supera a la ficción y detrás hay personas que no tienen nada de “eso” que en nuestras mentes creemos que les pasa; son personas que, por venganza, por celos, por placer, por dinero… actúan de maneras distintas pudiendo llegar a matar o a destrozar la vida de otra/s persona/s.
Sí que hay casos en los que algunas patologías psiquiátricas, como la esquizofrenia, son la explicación, pero en otros muchos casos el motivo será mucho más “banal” a nuestro juicio; de hecho, este último tipo de motivos son los mayoritarios. Además, estos últimos demuestran la lucidez mental de los/as victimarios/as, por lo que son plenamente conscientes de lo que está bien y lo que está mal. Cuando están cometiendo esos crímenes lo hacen a sabiendas de que está mal, están generando un daño (permanente en ocasiones) a la víctima y eso no los frena, incluso, los/as lleva a ensañarse más.
La siguiente pregunta que puede surgir es, entonces, ¿cómo saber si estamos ante un crimen cometido por una persona con o sin patología? No hay características claras de la escena, de la victimología o del tipo de crimen que diriman la cuestión. Habrá que investigar cada caso con sus respectivos/as sospechosos/as y hacer un estudio criminológico y psicopatológico, para poder establecer el grado de consciencia y lucidez en el momento de los hechos.
Por tanto, crímenes igual de atroces se pueden cometer a manos de personas con o sin patología, aunque cueste asumir esta realidad y pueda generar malestar. Además, detrás de estos crímenes en ocasiones hay historias inverosímiles, pero en otros casos es tan “sencilla” la explicación que no podemos creerlo.
Bibliografía
Para profundizar en el tema del post os recomiendo esta entrevista realizada al psicólogo criminal César San Juan (15-20 minutos): https://radiopopular.com/como-es-la-mente-de-un-criminal-capaz-de-deshacerse-de-un-cadaver/