¿Niños/as u objetos?
Zuriñe González Sánchez
Esta semana leía una noticia en la que una madre de dos menores era detenida por, presuntamente, abusar de sus hijos y así crear contenido pornográfico infantil para venderlo (1).
Hasta el momento no ha trascendido nada más y la investigación sigue abierta. Igualmente, por el bien de esos menores, espero que no se publiquen más detalles escabrosos, si finalmente se descubre que así era.
He considerado oportuno dedicarle unas líneas a este tema tan controvertido y más habitual de lo que escuchamos en el día a día. Los/as menores son personas sin la capacidad de decisión y raciocinio que tenemos los adultos, pero son, al igual que nosotros, seres humanos. Quizás parezca una obviedad, pero está claro que algunos/as no lo saben o sino no escucharíamos noticias de este tipo, aunque solo sean sospechas en este caso concreto.
Los/as hijos/as no son juguetes, objetos o fuente de ingresos. Son unas personitas vulnerables que necesitan de nuestra protección para su buen desarrollo y así convertirse en adultos con capacidad de gobernar sus vidas.
Ya sé, ahora algunos/as diréis que los/as niños/as lo disfrutan y que quieren hacerlo. Supongo entonces que, si quieren revolcarse en los charcos de agua cuando llueve durante horas por diversión también les dejamos y obviamos que se pueden poner enfermos/as. O ese afán de que todos/as tenemos un Messi o un Nadal en casa y los machacamos a entrenamientos porque así serán grandes deportistas en el futuro (¿lo quieren los/as hijos/as o los progenitores?). No se trata de que les guste o no, consiste en que los progenitores deben salvaguardar su intimidad y su infancia, porque con 5 años que les guste no implica que sí o sí lo vayan a hacer siempre.
Sin embargo, cuando se hacen actos consistentes en publicar o ensalzar a estas criaturas les estamos condicionando y exponiendo, sin saber si realmente es lo que quieren para su vida.
Ni que decir cuando se abusa sexualmente y encima se lucran de ello. No hay adjetivos para catalogar esa criminal objetualización del/ de la menor.
Desde luego, es seguro que esos menores no han pedido que les hagan dichas grabaciones ni mucho menos lo han disfrutado. Por desgracia, ya no hay marcha atrás, los vídeos grabados y publicados han marcado para siempre la vida de todos estos menores que han sido víctimas del fenómeno de la pornografía infantil.
Una cosa más, los/as niños/as sí se enteran de lo que pasa, no en su totalidad, pero según crecen van siendo conscientes de lo que ocurre en sus vidas y eso, inevitablemente, de una manera u otra condiciona el desarrollo de estas personas.
Vivid con vuestros/as hijos/as, no hace falta que todos los/as conozcamos, salvaguardad su intimidad y protegedlos de los fenómenos externos, es la única manera de poder garantizar en la medida de lo posible el buen desarrollo de estas criaturas y una vida adulta en la que manden ellos/as (y no su pasado ni sus circunstancias).